Tuesday, December 13, 2011

La paradoja del abuelo (Segunda entrega)


Por motivos que no me está permitido divulgar, nuestro querido Quimulá no ha podido publicar como está estimulado en su contrato.  Después de mucho debatirlo, me pidió el favor que publicara su escrito.  Yo he hecho algunas correcciones que estimé pertinentes.

La facultad de medicina *

Martín Castellanos, padre de Gabriela, se graduó de la facultad de medicina de la Universidad Javeriana el día que Brasil se coronó campeón mundial de fútbol por tercera vez.  Él, bastante molesto, no pudo ver el partido por televisión, aunque escuchó pedazos en el radio que uno de sus compañeros había llevado.  Después de trabajar un año en el Hospital San Ignacio como médico general, estudió una especialización y se convirtió en anestesiólogo.  Fue allí donde conoció a la que se convertiría en su esposa: Patricia Vieira.  Salieron por unos pocos meses, y tuvieron a Gabriela once medes después de la boda.  
Mi mamá me contó alguna vez que el embarazo fue muy complicado. Patricia tuvo que quedarse en casa desde el tercer mes porque había grandes posibilidades de perder el bebé.  Por este motivo tuvo que dejar su trabajo y pasó los siguientes meses de embarazo en una gran crisis emocional.  No podía tomar medicina para la depresión, y a pesar de sus constantes intentos por ayudarla, fue muy poco lo que Martín pudo hacer por ella.  Después que Gabriela nació, Patricia volvió a su trabajo, y se interesó más por este último que por su propia hija.  Esto molestó bastante a Martín, pero decidió continuar su matrimonio buscando, erróneamente (palabras de mi mamá), que Gabriela creciera en un hogar feliz.
Aunque en la familia Castellanos Vieira sólo se hablaba de hospitales, enfermedades, y medicinas, nunca se presionó a Gabriela para que siguiera los pasos de sus padres.  Aunque surtió un efecto opuesto, ya que según ella nos lo contó, el hecho que sus padres no le sugirieran que estudiara medicina se debía, principalmente, a que la consideraban incapaz de hacerlo.  De nada sirvieron las muchas veces que Hugo y yo le dijimos que eso no era cierto.
Yo pienso que la presión que ella misma se debió haber puesto cuando tomó los exámenes de ingreso, la hicieron perderlo.  Cuando ya salía con Hugo, nos contó que su padre ofreció ayudarla contactando a unos excompañeros para que le dieran la oportunidad de tomar el examen nuevamente, pero Gabriela no se lo permitió.  Ella quería entrar sin recibir ningún tipo de ayuda por las influencias de sus padres.
Es así como las entrevistas que comenzó a tener después que la conocimos, nos dieron a todos la esperanza que, por fin, Gabriela podría estudiar medicina como tanto lo había soñado.  Era poco lo que sabíamos del proceso, incluso Hugo sabía poco.  Ella manejaba todo con un hermetismo total.  El día que Colombia quedó eliminada del mundial de fútbol en los Estados Unidos, recibí una llamada de Hugo donde me contaba que Gabriela había sido aceptada.  Quisimos salir a celebrar, pero por la Ley Seca que existía en la ciudad, ninguno de los bares estaba abierto.  Por tal motivo, nos reunimos todos en la casa de Gabriela, donde Martín nos había preparado una gran cena.  Cuando le pregunté por su mamá, Gabriela me dijo que estaba enferma.  Muchos años después, Hugo me contaría que Patricia nunca quiso ser parte de la celebración y por eso se encerró en su habitación. 

Continuará

* Escrito por Quimulá




  



No comments: