Thursday, January 15, 2009

Su primera Bogotá

Esa mañana al salir, dejaba todo lo que tenía, que no era mucho: un pequeño grupo de amigos, dos años de estudio de una carrera que apenas empezaba a disfrutar, una amiga de la cual estaba enamorado y una ciudad en la cual nunca más volvería a vivir. El viaje fue eterno, no sólo por las demoras debido a los retenes militares, ni por el paso por el puente que fue volado en parte por la guerrilla (¿donde estaban los retenes militares cuando la guerrilla voló el puente?), ni tampoco por el mal estado de las carreteras debido al abandono al que son sometidas por el gobierno nacional. El viaje fue eterno porque él no quería dejar lo poco que tenía. Era una pequeña estabilidad que sólo cuando vivió en Chile había creído tener. Ahora que lo escribo, pareciera que el destino quisiera desestabilizarlo cada vez que tenía algún tipo de seguridad.

Llegaron a Bogotá en la noche, en la hora donde el tráfico era más pesado. Lo poco que alcanzo a ver de la ciudad le gustó, aunque el frío lo afectaba. Esa primera noche fue poco lo que durmió. Pensaba más en lo que dejaba atrás que en lo que podría ganar con su nueva vida. Al siguiente día él se quedó con sus hermanos, mientras que sus padres salieron a buscar un lugar para vivir. Desde el apartamento se veía muy bonita la ciudad, con sus calles siempre llenas de carros, sus edificios sin balcones, y las personas que caminaban en la calle muy abrigadas.

Pasaría una semana para que la pudiera llamar por primera vez. Fue al centro comercial donde la compañía de teléfonos tenía su oficina y, como todo en Bogotá, el lugar estaba repleto. Le tomó más de una hora para poder llegar a la cabina de teléfono y poder hablar con ella por cinco minutos. Esta llamada la comenzó a hacer semanalmente, y es así como el día jueves se convirtió en su escape para la vida que llevó los primeros meses en Bogotá. Esto cambió cuando ella le contó que tenía un nuevo compañero en la escuela de medicina. Era un tipo, según ella, muy chistoso.

2 comments:

Letras goles y desvios said...

Buenas, buenas las dos últimas líneas... hahahaha.
A.

Quimulá said...

Gracias por tu lectura y por tus constantes comentarios.

Un abrazo,

Q.