Tuesday, September 13, 2011

La misión (Decimocuarta entrega)

Natalia


El lunes cuando llegué a mi clase de física cuántica me enteré que Flotta había tenido que viajar urgentemente a Alemania debido a la muerte de un familiar.  El decano de la facultad nos dijo que él se encargaría de la enseñanza hasta que consiguieran un remplazo.  La clase fue bastante aburrida pues el decano era bastante teórico.  Al final de clase nos preguntó si habíamos aplicado las teorías cuánticas y, como nos lo instruyó Flotta, le dijimos que sólo habíamos estudiado los experimentos realizados en otras universidades.  Después de salir de clase, mis compañeros me preguntaron acerca de mi viaje a Chile, y les dije que había sido un poco decepcionante, pues me había dado cuenta de cómo había idealizado al país después de haber vuelto a Colombia.  Mi plan dio resultado, ya que no hubo más preguntas.  Esta tarde llamé a Natalia pero su mamá me dijo que no había llegado de la universidad.  Estaba casi seguro que me estaba mintiendo. Natalia terminaba clases al medio día.  La llamé el martes, miércoles, todos los días de la semana, pero nunca pude hablar con ella.  Comencé a pensar que ella había tomado en serio la supuesta necesidad de un distanciamiento.  El viernes, una semana después de haber vuelto, recibí un mensaje de Clarissa pidiéndome noticias de mi misión.  Le conté sobre Flotta (lo había olvidado por completo).  Ella me respondió inmediatamente: “Tu ineficiencia deja mucho que desear.  Debimos haber sido informados desde el mismo momento en que te enteraste…” No terminé de leer el mensaje pues rompí el dispositivo y lo tiré a la basura.  Mi situación con Natalia me estaba comenzando a afectar más de lo que yo hubiera querido.  Esa noche, después de mucho debatirlo, decidí ir a su casa.  Eran las ocho de la noche, cuando su mamá me abrió la puerta.  Muy amablemente me dijo: “Naty salió con unos compañeros de la universidad”.  Me despedí casi sin mirarla y me monté en el carro.  Apenas noté que ella entró a la casa y apagó la luz exterior, comencé a pegarle a la cabrilla con violencia, no entendía por qué Natalia necesitaba salir con sus compañeros.  Comencé a preguntarme si habría salido como pareja de alguno, o si simplemente era su grupo de amigos y amigas que iban al cine, a comer o algo así.  Este último pensamiento me calmó.  Me fui para mi casa, pero todo se me vino abajo cuando llegué y mi mamá, muy sorprendida, me preguntó que había pasado entre Natalia y yo.


Continuará...




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