Saturday, October 1, 2011

El día de Borges

Café Tortoni, Buenos Aires (Agosto 2004)
Se preguntará el curioso lector qué hago yo, un desconocido, usando el blog de un reconocido escritor como Quimulá. Quisiera darle una respuesta que lo satisfaga, pero me temo que lo que estoy a punto de decir no lo hará. Pienso ésto ya que no tengo una respuesta que justifique la interrupción de la serie “La misión” que tanto éxito ha tenido entre nosotros los seguidores de este popular blog. Simplemente envié un mensaje en el que pedía autorización para escribir hoy sobre lo que significa para mí este día. Esperé cerca de tres semanas, y al no recibir respuesta alguna asumí que estaba bien hacerlo.

El día de hoy, primero de octubre, se volvió importante para mí hace diez años. Yo había llegado a los Estados Unidos un tiempo antes con la intención de aprender inglés y luego hacer una maestría en Ingeniería Industrial (sí, lo sé. Algo similar a lo hecho por el Ingeniero Bernal). Inicialmente las cosas no se dieron como lo había planeado, por eso pensé que estudiando literatura podría darme tiempo para luego solicitar en programas de maestría. En el otoño del 2001 se ofreció una clase del cuento latinoamericano, y sabiendo que se tenían escritores tan reconocidos (dentro de mi limitado espacio literario para la época) como Cortázar, García Márquez, Isabel Allende y Borges, me decidí a tomarla. Aunque debo admitir que mi conocimiento de este último era bastante básico.

Comenzamos leyendo textos de Rubén Darío, Martí y Quiroga, hasta que llegamos a Borges. Nos enfocamos en algunos cuentos incluídos en Ficciones. Colección publicada en 1944, año en que nació mi papá. El primer cuento que leí fue “La forma de la espada”, el cual comencé leyendo con el mismo desinterés que había tenido a lo largo del semestre. Pero entrar a este mundo borgiano me cautivó desde el comienzo. El narrador, Borges, se encuentra en el norte argentino en la finca La Colorada, propiedad de un inglés, cuyo nombre sólo sabremos hasta el final, y de quien después nos enteraremos que en realidad era irlandés. Borges nos narra una historia que le fue contada a él de una manera cautivante con un final inesperado que causa tanto sobresalto al narrador de “La forma de la espada”, como a nosotros mismos.

Luego de terminar el relato, además de quedarme sin palabras, no tenía con quien comentar este maravilloso relato. Sólo atiné a decir “wow” y me dije que quería seguir leyendo sus cuentos, volverme especialista en él, y algún día -¿por qué no?- escribir y hacer sentir a otras personas lo que él me hizo sentir a mí tras leerlo. Por diferentes motivos que no cabe ahora discutir, no logré cumplir ninguno de esos sueños. Me convertí en un fanático de Borges con un conocimiento superficial de su obra, pero él había cumplido una misión desconocida (¿o conocida?) para él. Me había sacado del mundo de la ingeniería para meterme al mundo de las letras. Sé que sonará cursi, pero Borges cambió mi vida hoy hace diez años.

Quimulá podría estar en desacuerdo y decir que el argentino no cambió mi vida, sino que creó un universo paralelo en el que yo ya no soy ingeniero, sino profesor de literatura. Pero debo confesar que aunque me entretienen sus escritos, yo no creo en los viajes multidimensionales del que Quimulá nos habla en su blog. Yo creo que sólo existe un mundo en el que vivimos, y aunque sí hay eventos que cambian nuestras vidas, estos no crean las ramificaciones que nos quieren hacer creer.

Por lo tanto le pido disculpas a usted curioso lector, pero espero que entienda el motivo que me llevó a aventurarme hoy a interrumpir los escritos de Quimulá.

Con todo respeto,




2 comments:

Letras goles y desvios said...

Sr. Orrego, ¿quién es verdaderamente Quimulá? ¿Cómo logró filtrarse en su blog? ¿Es usted un ser que ha venido de otra dimensión temporal o acaso un agente de la AGVT? ¿Conoce usted al ingeniero Bernal?… Dentro de este juego de realidades: ¿no será usted el nuevo novio de Naty que viene a sabotear la historia? O Tal vez, es usted un enviado de Clarissa…

Quimulá said...

Estimado lector,

Primero que todo quiero darle las gracias por leerme y por su mensaje.

Le cuento que hoy cuando me levanto (le confieso que duermo hasta tarde) me encuentro, con sorpresa, que un tal Orrego se había infiltrado en mi blog. He buscado en mis documentos y no he podido encontrar a ninguna persona con ese nombre y apellido. Mandé incluso un correo electrónico a la AGVT en Philadelphia y me respondieron hace poco diciendo que no tienen ningún registro de Orrego. Intenté borrar lo escrito, pero mis conocimientos tecnológicos son muy básicos y no pude.

Lamento no poderle responder a ninguno de sus interrogantes, ya que mis conversaciones con Clarissa Federico han sido muy limitadas (ella sólo usa monosílabos). Aunque admito que no es, para nada, descabellada la idea que Orrego esté trabajando con Federico y dentro de su trabajo se haya enamorado de Natalia (¡quién no lo haría!) Un aspecto que no había pensado es si Orrego conoce o no al Ingeniero Bernal. Espero que no porque eso sería algo catastrófico.

Quiero que sepa que continuaré con mis averiguaciones, y cuando tenga alguna información la haré publica. Por lo pronto, lo invito a que usted continúe su propia investigación y cualquier cosa que encuentre, por favor déjemelo saber.

Saludos,

Q.