Debido a que sólo viviríamos con el sueldo de Kara, decidimos buscar un apartamento pequeño. Conseguimos uno en el suroeste de la ciudad, donde vivían la gran mayoría de estudiantes de medicina de la universidad. Aun recuerdo la dirección 182 West Side Dr. La ruta de autobuses locales tenía una parada justo en frente de nuestro edificio. En verdad que en el papel todo parecía que resultaría. Kara y yo tomábamos juntos el bus en las mañanas, ella se iba para la oficina y yo para la biblioteca. Nos encontrábamos para almorzar (a noser que ella tuviera alguna reunión) y después nos regresábamos juntos. Los primeros meses, aunque fue poco lo que escribí leí mucho. Mi director de tesis me insistía en que me estaba perdiendo en la lectura, que tenía que enfocarme en la escritura también, pero yo me sentía inseguro de mis ideas y teoría, y quería encontrar libros que, de alguna manera, apoyaran lo que yo pensaba.
Aunque nuestra vida social no era muy agitada, siempre teníamos algo para hacer los fines de semana. Eran básicamente compañeros de trabajo de Kara que se reunían para celebrar una gran donación o simplemente para hacernos sentir parte de su grupo.
Mi vida parecía que iba por buen camino: era feliz con Kara, y aunque no había producido una sola página de mi tesis, por lo menos estaba tomando notas de mis lecturas... Pero como parece ser una constante en mi vida, tomé una decisión equivocada en un momento inoportuno.
Continuará
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