Thursday, May 3, 2007

Exilio #1

Cada que miraba el pasado, lo veía como algo mejor. Pero él nunca se puso a pensar en lo mucho que lo deprimía cuando sus amigos y profesores le hablaban de las drogas en Colombia. O cuando en la primera comunión de su hermano, en la homilía, el sacerdote contó a todos que su familia era colombiana, y aclaró que era el lugar de donde provenía la cocaína. No fue una época fácil. Los fines de semana eran muy solos y además muy rutinarios. Los sábados en la mañana acompañaba a su papá en el almacén en el centro de Viña. Luego, en las tardes, se quedaba en casa buscando algo para ver en la televisión. Normalmente había películas viejas en algunos de los canales. Los domingos por las mañanas se iba caminando con su papá hasta el centro de Viña y luego se devolvían en colectivo. Al medio día iban a misa y por las tardes, él se ponía a escuchar los partidos de fútbol en radio.
Por esto, y muchas otras cosas que me ha contado, es que yo no entendía cuando volvió porque me decía que sus seis meses allá fueron los mejores de su adolescencia. De vez en cuando, le pregunto nuevamente si aún piensa igual y me dice que sí, que él no cree que esté idealizando su pasado, que simplemente esa etapa que vivió a los quince años ha sido una de las más alegres de su vida.

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